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Apicultura en Ñuble: innovación y resiliencia frente al cambio climático

No sólo miel producen las abejas. La apicultura cumple un rol relevante para el agro, que va más allá de la producción de miel y otros productos de la colmena; la polinización, por ejemplo, es uno de los servicios que tienen un fuerte impacto en la producción agrícola de pequeña y gran escala, así como la protección de la biodiversidad. Los productores de miel en la región de Ñuble lo saben, y han evolucionado con la formulación de nuevos productos y servicios para adaptarse a los desafíos que impone la tecnología y un consumidor cada vez más informado, mostrando una resiliencia y creatividad notables, como lo demostró el reciente Seminario Apícola realizado en Quillón por la municipalidad de Quillón con participación de los servicios del agro como Indap, Conaf y Sag.

La directora regional de Indap, Fernanda Azócar, destacó que en ese enfoque, Indap está trabajando para hacer una agricultura más sostenible y resiliente,  a través de un plan de sustentabilidad que apoya el trabajo de los agricultores, en acciones como proteger la biodiversidad, que tiene un impacto fundamental en el mundo apícola y para los agricultores de la región de Ñuble. También estamos avanzando en el mayor uso de bioinsumos para los agricultores, tanto en sus servicios como asesoría técnica, con mayores elementos de conocimiento en materia agroecológica”.

Para Angela Fuentes, joven apicultora que se dedica a la creación de núcleos y polinizaciones, la importancia del amor por las abejas y la adaptación constante a los cambios son parte del alma para ser un buen apicultor: «Un apicultor que ama a las abejas estará en constante capacitación y trabajará en conjunto con otros para mantenerlas vivas y saludables. Todos los años, el comportamiento de las abejas se ve afectado por el cambio climático, y el apicultor debe estar preparado para actuar en caso de catástrofes naturales. La apicultura es un rubro caro en insumos y materiales, por lo que es esencial buscar ayuda en entidades como Indap, que nos apoya con proyectos y capacitaciones. La apicultura es un trabajo en equipo, donde cada uno complementa los conocimientos del otro en beneficio de las abejas.»

La joven productora, proveniente de una familia apícola, comenzó hace 6  años con el desarrollo de sus propios núcleos, aplicando constantemente en sus apiarios el aprendizaje  fruto de capacitaciones constantes. “Como apicultora joven y mujer me he encontrado con apicultores de gran profesionalismo y que muestran gran amor por las abejas”.

Pamela Merino, es una de las emprendedoras. Al frente de Colmenares Alkafra, comparte su trayectoria exitosa en la diversificación de productos apícolas, con su producto estrella, la miel batida: «Mi experiencia ha sido muy satisfactoria, al ver que mi innovación le gusta a los clientes y valoran lo que preparo para ellos. Darle un valor agregado a un alimento tan completo como es la miel es muy rentable. Por ello, doy charlas para enseñar a otros a desarrollar productos como mieles batidas con sabor, propóleo, arrope de miel, y miel con merkén”, comentó.

Jorge Toro, apicultor de Bulnes que además de productor es asesor, analizó los retos actuales destacando que el cambio climático y las lluvias tempranas, afectan el inicio de la temporada apícola, por lo que es muy importante el control sanitario frente a la posibilidad de enfermedades como varroa y nemosis. Respecto de la calidad de la miel, comentó que “en Chile cada vez hay mayores condiciones que permiten asegurar la inocuidad del producto, los productores están en constantes capacitaciones”, destacó, como ocurrió con el reciente seminario en Quillón, donde se abordó lo gremial junto a charlas de capacitación. “Pudimos ver cómo han cambiado los manejos a partir del cambio climático y cómo es necesario reinventarse en la apicultura. Y ese es el tema fuerte que se nos viene desde ya un tiempo y que está instalado y del que vamos a tener que estar siempre pendientes todos los que estamos en el agro”.

Ismael Cuevas, presidente de la Red Apícola Nacional, destacó la fortaleza de los apicultores de Ñuble: » La región de Ñuble es una región resiliente, que le pone mucha fuerza a todo y son muy innovadores. La región tiene un potencial considerable; cuando eran parte de la región de Bío Bío, fue la provincia que más producía, llegando a generar el 21% de la miel del país. Y aunque la realidad agrícola ha cambiado con los monocultivos y las nuevas prácticas de producción agrícola industrial, afectando el consumo y la producción de miel, debemos debemos avanzar hacia una interacción amable con los actores económicos del territorio y trabajar en la reposición de flora, que es crucial para la mitigación del cambio climático.»

 

 

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